martes, 13 de marzo de 2007

TAP, VIP, Museu, CFM

El domingo fui a recoger al colega que viene por quince días para dar los primeros cursos a jueces mozambiqueños. El avión de la TAP (Take Another Plane, dicen las malas lenguas) llegó con media hora de adelanto de manera que, cuando llegamos a la Sala Vip, ya nos estaba esperando. Esto de las salas Vip es un maravilloso invento al que, una vez conocido, se le coge inmediato cariño. No sólo no tocas ni una maleta ni te enfrentas a ventanilla alguna sino que todo te lo llevan allí en mano, equipaje y pasaporte, con los trámites cumplimentados, mientras disfrutas de algún refresco en el salón climatizado departiendo tranquilamente con quienes te han venido a recoger. Aquí está reservada a Diplomáticos, Ministros y miembros del Tribunal Supremo al que, parece ser, estamos asimilados. Para mí, claro, ha supuesto un inesperado –aunque lamentablemente temporal- ascenso.
En la Sala estaba también el Embajador que regresaba de España tras el encuentro de mujeres africanas que tuvo lugar en Madrid y el Ministro de Cultura, un agradable caballero que venía en clase turista.
Es la primera misión de mi colega en el extranjero así que, nada más bajar del avión, se quedó con la boca abierta y así la mantuvo hasta que se la llenó de camarões durante la cena. Es un catalán simpático y sonriente que venía un poco asustado por los cambios de última hora pero que se ha adaptado valientemente a la situación y se ha puesto manos a la obra con entusiasmo. Se aloja en el hotel Cardoso que, según creo, tiene las mejores vistas sobre la bahía de la ciudad. En este hotel residió el gobierno provisional mozambiqueño durante los primeros meses de la independencia. Recientemente, ha sido remozado y acondicionado. El hotel se encuentra frente al museo de historia natural, probablemente el edificio histórico más elegante de todo Maputo, de estilo manuelino y formas delicadas.
Por la tarde dimos un paseo en coche por la ciudad y fuimos hasta la vieja estación colonial de ferrocarril (los Caminhos de Ferro Moçambicanos).La estación ha sido también restaurada y hoy constituye una de las imágenes emblemáticas de Maputo, con su estilo barroco, afrancesado y monumental. Recorrimos la Baixa, las grandes avenidas 24 de Julho (que conmemora el día de las nacionalizaciones) y Eduardo Mondlane (primer líder del Frelimo que murió en 1969) y terminamos dando un largo paseo por la Avenida Marginal que discurre junto al malecón. Finalmente fuimos a cenar al Mercado do Peixe, un sitio que me va resultando familiar. Escogimos un buen montón de langostinos y nos los hicieron a la parrilla, con perejil, salsa de limón y arroz caldoso. Mi colega, que no estaba seguro de que le gustasen, no dejó ni uno como recuerdo. Cuando salimos, nuestro joven guardacoches seguía custodiándolo sin despegarse de él. Cuando llegamos, nos había repetido sonrientemente su nombre, para que no olvidásemos a quién había que dar la propina.

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