miércoles, 18 de julio de 2007

PM y PE

Ahora que ya ha pasado algún tiempo desde que llegué a Mozambique, he aprendido –muy modestamente- a apreciar las diferencias entre el portugués europeo (PE) y el mozambiqueño (PM). Aparte de los evidentes rasgos propios de entonación y musicalidad, el mozambiqueño posee frases, giros y usos lingüísticos notablemente diferentes del idioma continental. Uno, que hace esfuerzos por defenderse en el portugués clásico, se encuentra de golpe con que a veces los locales no le entienden y –además- le miran raro. Una vez exhibía yo mi portugués alfacinha ante un vendedor callejero que, impertérrito, me respondía en inglés. “Pero si le estoy hablando en portugués –le dije-, ¿por qué me responde en inglés?”. Me respondió que todo lo que no fuera mozambiqueño le sonaba a inglés y se quedó tan pancho. Me consta que esto lo hacen incluso con portugueses de pura cepa.
El caso es que hube de modificar y aprender muchos giros que aquí son completamente distintos del portugués y que, al principio, uno no sabe si es que le toman el pelo o que no ha entendido bien. La cortesía, por ejemplo, tiene sus propias fórmulas: Cuando uno pregunta “¿qué tal está Vd.?” que no espere oír: “bien ¿y Vd.?” sino “não sei por aí” o sea, “no sé ahí” que se utiliza de manera absolutamente formal y como señal de respeto con la intención de que quien pregunta responda primero cómo se encuentra él mismo; cuando éste dice: “estoy bien”, es cuando el primer interpelado ya responde: “yo también estoy bien”. Al despedirse es usual decir “estamos juntos” que es como “estamos en contacto”. En materia de léxico, la cosa se complica porque se utilizan palabras propias junto con otras de procedencia indígena o de quién sabe dónde; así, por ejemplo, del swahili viene la machamba que quiere decir campo; babalaza(resaca) del zulú, o madala (persona importante) del changana.
Con todo, una de las mayores dificultades para un europeo consiste en conocer las fórmulas convencionales de asentimiento o disensión. A los mozambiqueños no les gusta decir no, de modo que parecen haber creado un extenso catálogo de alternativas de amplísimo espectro que, para quien está acostumbrado al sí o al no, resulta intrigante sobre todo porque cada una de ellas parece contener un cierto matiz en pro de una u otra solución. Entre el sí y el no hay, por tanto, un amplísimo campo que es preciso conocer aproximadamente si uno quiere hacerse una idea verosímil de –por ejemplo- cuando le van a solucionar lo suyo. Propongo la siguiente escala (junto con su traducción ideológica) a modo aproximativo:

NO

Não da (no hay nada que hacer)

Não tem pernas para caminhar (se puede y se debe hacer, pero faltan elementos esenciales)

Estamos a criar condições (estoy esperando a que llegue el momento oportuno)

Pode ser (es verosímil)

Hei de ver (lo haré)

Me vou a ocupar de isso (yo me encargo)

Ainda (lo estoy haciendo)

Está a andar (ya está en marcha)

Está a sair (está a punto)

SI

Como se ve, excepto en los estadios más próximos al no –que por otra parte son excepcionales- las respuesta son siempre lo suficientemente esperanzadoras aunque, lamentablemente, suelen repiten en un bucle infernal que nunca acaba y, a veces, con desesperantes combinaciones múltiples pues del ainda (que nunca se sabe si es ainda sí o ainda não) se pasa al está a sair y de aquí se vuelve al me vou a ocupar de isso y así sucesivamente. Si el programa de festejos se dilata por más de dos meses es que la cosa se pone fea, pese a lo cual nadie dirá: “nada, que no va a poder ser”. Por otra lado, nadie dirá a casi nada, con lo que la sensación general es que nos encontramos ante el vetusto y entrañable vuelva Vd. mañana de tanta raigambre española.

No hay comentarios: